El plan de la nueva gestión del INTA, impulsado por el gobierno de Javier Milei, incluye la venta de miles de hectáreas de tierras productivas en todo el país pertenecientes al INTA, con impacto directo en la región patagónica. Ante este panorama surge el interrogante sobre qué pasará en El Bolsón, donde en Loma del Medio están instaladas más de 700 familias, pero también se encuentran atractivos turísticos icónicos como Cabeza del Indio y Cascada Escondida.
La comunidad de El Bolsón y otras localidades de la Patagonia enfrentan un panorama preocupante tras conocerse los detalles del “Plan de Acción Comercial” impulsado por la nueva conducción del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), a cargo de Nicolás Bronzovich. Este proyecto, en línea con la estrategia de ajuste del gobierno nacional, plantea la desaparición de más de mil puestos de trabajo en 2024, severos recortes en recursos operativos, y la puesta en venta de 27.000 hectáreas de tierras pertenecientes al organismo.
Venta de tierras: impacto en las experimentales y la producción local
Entre las medidas más controvertidas, se encuentra la disposición de tierras a la AABE (Administradora de Bienes del Estado) para su venta o concesión, afectando 22 estaciones experimentales del INTA, algunas de las cuales son pilares en la investigación y desarrollo agropecuario. En la Patagonia, la situación es particularmente alarmante, ya que se incluye la venta del edificio del INTA en Esquel, un espacio emblemático para la región.
El plan no solo contempla el traspaso de las tierras al sector privado, sino que el dinero obtenido será absorbido directamente por el Tesoro Nacional, sin reinversión en el organismo. Esto significa que las cooperadoras y estructuras que actualmente mantienen estas estaciones perderán recursos esenciales, debilitando su capacidad operativa y, por ende, la asistencia técnica que brindan a los pequeños productores locales.
La “Inmobiliaria INTA” y el futuro de las tierras públicas
El proyecto prevé subastas públicas semestrales de las tierras productivas a partir de 2025, junto con concesiones para uso agropecuario. Entre las propiedades más afectadas se incluyen campos de alta calidad en regiones clave para la producción nacional. El documento confidencial obtenido describe la venta como un “negocio inmobiliario” que, a largo plazo, entregará estas superficies a manos privadas, desmantelando décadas de desarrollo público en investigación agropecuaria.
La Patagonia en la mira
En la región de El Bolsón, la posibilidad de perder terrenos productivos representa una amenaza para la sostenibilidad de las economías locales, ya que muchas familias dependen de la transferencia de conocimientos y recursos del INTA. Además, se teme que esta política fomente un modelo de concentración de tierras que profundice las desigualdades sociales y económicas en la zona.
Organizaciones sociales y referentes del ámbito agropecuario han comenzado a manifestar su preocupación, advirtiendo que estas medidas no solo implican un ajuste financiero, sino que también representan un cambio estructural que desmantela al INTA como organismo público de referencia.
Un llamado a la resistencia
En el contexto de un país que enfrenta crecientes demandas por la soberanía alimentaria y la preservación del patrimonio público, este plan de ajuste pone a prueba la capacidad de las comunidades para resistir y defender los recursos que son clave para el desarrollo regional.
Mientras tanto, El Bolsón y otras localidades afectadas aguardan con incertidumbre los próximos pasos de este plan, que podría redefinir el panorama productivo y social de la Patagonia en los años venideros.
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